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Experiencia en el Seaside Palm Beach
¿Por qué soñar si existe Gran Canaria? Una experiencia en Seaside Palm Beach qué jamás olvidaré
Soy Beatriz, tengo 27 años y hace unos meses tuve el placer de vivir una auténtica experiencia alojándome en el Seaside Palm Beach.
Cuando me embarco en un avión y pongo rumbo a alguna parte, nunca sé si ese viaje puede llegar a convertirse en la experiencia de mi vida. La emoción por lo desconocido, la confianza de saber que está todo organizado, la seguridad de tener claro que el lugar cumple con creces todo lo que había imaginado y mucho más. Puedo estar acostumbrada a viajar a cientos de destinos, pero sigue siendo de lo más estimulante ponerse a pensar sobre lo que me puede deparar el viaje, qué sorpresas puedo encontrarme una vez ponga los pies sobre la tierra.
Llegada a la isla de Gran Canaria. "Vacaciones en Gran Canaria"
Gran Canaria Gran Canaria tiene algo que no muchos destinos cumplen, y es que a medida que vas llegando a la isla ya se puede disfrutar de las preciosas vistas que muestra desde el cielo: una pequeña porción de tierra rodeada de un universo azul de miles de tonalidades. Me gusta perder la mirada a través del océano y comenzar a sentir esa sensación de saber que voy a tener un buen día.
El desembarco es una de las sensaciones más desconcertantes a las que se enfrenta una en su vida, el saber qué hace tan solo unas horas estabas en otra parte del mundo pero que, saliendo por la puerta del avión, todo ha cambiado, aunque en realidad, nada lo ha hecho: tan solo una misma.
Mi experiencia en Seaside Palm Beach
El trayecto del aeropuerto al Seaside Palm Beach pasa volando, un itinerario que se vive con ilusión ante la perspectiva de disfrutar de un tiempo alejada del mundanal ruido y ante la ilusión de ser partícipe de unas experiencias que se quedarán para siempre en el recuerdo.
Las emociones y sensaciones que se recuerdan siempre guardan detrás una planificación. La estancia en el hotel es como si uno desconectara del exterior o de su rutina diaria para conectar con uno mismo y lograra mantenerse, aunque sea por un breve período de tiempo, en su pequeño oasis particular. Se disfruta viviendo al son de lo planificado, no hay estrés, uno solo fluye dejándose llevar por el descanso y las ganas de atesorar su viaje entre los recuerdos más especiales.
Siempre suelo decir que no hay mayor exigencia que la de uno mismo, y eso lo llevan al igual que si fuera un mantra. ¿El trato? Inmejorable. ¿La sonrisa? Siempre presente. Un gesto que no se va a apagar hasta que salga por la puerta y vuelva a mi destino.
Dunas de Maspalomas
Rodeado de las Dunas de Maspalomas, el gran edificio del Palm Beach se encuentra inmerso entre palmeras centenarias, como si éstas supieran que guardan bajo sus largos troncos un enclave por descubrir.
Las habitaciones son un auténtico remanso de paz, un entorno perfecto para los amantes de la tranquilidad. Cuentan con todo lujo de detalles y hacen de la estancia entre sus paredes la mejor de las experiencias, todo ello rodeado de un estilo retro de los años 70 que marca el carácter general del hotel. Aunque si se habla de descanso, es imprescindible hablar de la zona de Spa & Wellness, que cuenta con diversas opciones para mimarse y cuidarse a uno mismo: tratamientos corporales, masajes anti-estrés, que tan efectivos son para desprenderse de la tensión de la rutina y del ajetreo diario o simplemente, si eres un asiduo de la sauna.
Tratamientos en el Seaside Palm Beach
He de decir que pude comprobar de primera mano uno de esos tratamientos, concretamente el de piedras volcánicas, y salí como nueva. Alternan un masaje suave utilizando aceite de mandarina para activar el cuerpo y después lo relajan con el uso de piedras volcánicas templadas. No he salido tan en armonía conmigo misma desde hace mucho tiempo, logras desconectar de todo y te ayuda a combatir el estrés; además, el trato por parte de los profesionales es exquisito y te sientes mimada en todo momento.
Gastronomía en el hotel
Si a una persona se le convence por su estómago, hay que decir que es cierto o al menos en mi caso. Cada uno de los restaurantes del hotel supone una inmersión en sabores y olores típicos de Gran Canaria, la gastronomía de la isla es el eje principal de la línea que siguen sus profesionales culinarios. El Restaurante Principal, Esencia, La Bodega, el Bar Africano…múltiples opciones orientadas a ofrecerte experiencias culinarias a la carta. El tartar de atún, carpaccio de buey, la tortilla paisana con chorizo y cebollas, el pescado de la zona, todo un trampolín para las papilas gustativas.
Refrescarse en Gran Canaria: un baño en la playa o en la piscina
No sé si es un sentimiento común o compartido por muchos, pero no puedo vivir sin pisar la arena de la playa al menos varias veces al año, como toda una amante de este tipo de destinos, el hecho de contar con una a escasos metros del lugar en el que voy a permanecer es una prioridad muy alta. La playa de Maspalomas, con una longitud considerable, ofrece a todo aquel que la visita un lugar para disfrutar del buen tiempo tan característico de la isla, pero sin necesidad de ir con prisa para coger sitio.
La variedad de piscinas que hay es sin duda un pasatiempo en el Seaside Palm Beach, porque puedes ir rotando de una en una para ir desde la que tiene el agua más fría hasta la más pequeña de todas que es de agua salada y que está a la temperatura idónea para los más frioleros, además de cumplir con esa característica especial de ser beneficiosa para la piel. Una sale de ella rejuvenecida y se encuentra con arena de playa a su alrededor, así que no tienes ni que salir del resort para disfrutar de esos aspectos.
Siempre se dice que a donde has sido feliz siempre quieres volver, pues este dicho se cumple y con creces. Deseando estoy poder repetir estas maravillosas experiencias de la mano del Seaside Palm Beach y seguir descubriendo todo lo que tiene por ofrecer esta maravillosa isla como es Gran Canaria.